domingo, 6 de marzo de 2011

JOHN MAYNARD KEYNES (parte II).

Para tratar de entender el funcionamiento real de la economía y sus diferencias con los esquemas formales del dogma clásico, Keynes desarrolló los conceptos de propensión a consumir, multiplicador de la inversión, eficiencia marginal del capital y preferencia por la liquidez.

La propensión marginal a consumir o Consumo Marginal es la variación del consumo cuando el ingreso disponible varía en una unidad, es decir, la relación entre una variación en el ingreso y la modificación correspondiente en el gasto en consumo. Formalizando lo anterior. Keynes postuló la ecuación del consumo:

C=Co+cYd

C es el consumo total

Co es el consumo autónomo (aquel consumo que no depende del ingreso)

c es la propensión marginal a consumir

Yd es el ingreso disponible.

(Yd=Yt-T+TR, donde Yt es el ingreso total, T son los impuestos y TR son las transferencias.

Si la propensión a consumir es débil y las oportunidades de inversión no son atrayentes, una parte del ingreso que no se consume tampoco se invertirá y la demanda efectiva se reducirá, por lo que la economía se contraerá y el nivel de empleo descenderá. En términos prácticos, y para contrarrestar la espiral negativa de los '30, Keynes proponía que en momentos de estancamiento económico, el estado tiene la obligación de estimular la demanda con mayores gastos económicos, de manera que consideró la política fiscal como un instrumento decisivo.

Teóricamente, hay tres maneras que el Estado puede financiar esos gastos:
1.- Aumentar los impuestos.
2.- Imprimir más dinero.
3.- Endeudamiento fiscal (uso de los dineros que la población está ahorrando).

Keynes basa sus sugerencias sobre un dinero con valor relativamente estable (tal y como pasa con el Euro ahora), por lo que no es partidario del incremento indiscriminado en su "producción" (darle a la impresora de dinero). Aunque para Keynes el incremento de impuestos era legítimo si se orientaba al aumento de la inversión pública y de la demanda, consideraba mas apropiado financiar el incremento del gasto fiscal a través del endeudamiento, dedicando los impuestos recaudados al pago posterior de la deuda (como se esta haciendo en todos los países). El otro lado de esa política es que el Estado debe pagar esa deuda cuando sus ingresos aumenten, debido al incremento por ingresos de impuestos cuando eventualmente haya un auge en la economía.  En otras palabras, la propuesta de Keynes es que el Estado debe jugar en general un papel contracíclico: estimulando la demanda en momentos de recesión y restringiéndola en momentos de auge. De esta manera, los ciclos económicos se aminoran y no se transforman en crisis. Juzguen ustedes mismos.

Por otro lado, la teoría clásica suponía que las leyes del mercado harían mover las tasas de interés al punto adecuado para garantizar el rendimiento de las inversiones, pero también en este caso el dogma clásico apenas cubría casos excepcionales. La preferencia por la liquidez, lleva a la gente a atesorar o a tratar de tener dinero efectivo o disponible, Así, "la tasa de interés es el premio que tiene que ofrecerse para inducir a la gente para conservar su riqueza en cualquier otra forma distinta al dinero atesorado".

Pero esa preferencia por la liquidez puede llevar a acciones dañinas a la conveniencia económica general. Por ejemplo, si hay incertidumbre o los precios decaen, la población en general puede preferir mantener sus dineros “en la mano”, tendencia que. si se generaliza, puede llevar a una disminución seria de la demanda o incluso a una corrida bancaria. Igualmente seria desde el punto de vista general es el resultado de la acumulación de grandes cantidades de dinero en pocas manos. Esos “rentistas” llegan a estar en una situación que les permite demandar intereses excesivos por el uso de ese dinero, lo que tiende a disminuir la inversión y consecuentemente, deprimiendo  la economía en general.

Si las autoridades monetarias fallan en reducir las tasas de interés por debajo de la eficiencia marginal del capital, la economía se contraerá irremediablemente, aunque la causa de fondo del desánimo de la inversión no es el nivel de las tasas de interés sino la caída de la rentabilidad. Para Keynes, finalmente, “una recesión es el resultado del cambio cíclico de la eficiencia marginal del capital". ¡Os suena algo de esto con lo que está pasando en sectores tradicionales de inversión!

J.K. Galbraith (otro gran economista), da tres elementos para la crítica (no seré yo quien lo haga):
  • El Keynesianismo no ofrece un remedio generalmente aceptable para la inflación. Explícitamente el problema es que los gobernantes encuentran difícil -en épocas de prosperidad poner en práctica las políticas anticíclicas que el modelo sugiere (aumentar las tasas de interés, controlar precios, salarios, restringir el circulante, etc) en la medida que tales propuestas ocasionan repercusiones que ponen en peligro los prospectos políticos de los gobernantes.
  • El Keynesianismo no ha demostrado ser efectivo en la solución de los problemas de falta de desarrollo económico. A pesar que los países desarrollados no han sido muy eficientes en cumplir los compromisos adquiridos, han hecho lo suficiente como para demostrar que la mera presencia o transferencia de capitales no es suficiente para producir ese desarrollo. Elementos tales como instituciones y cultura política, existencia (o falta) de infraestructuras, personal capacitado, etc. también tienen un papel importante. En consecuencia, el keynesianismo llego a ser visto por algunos como una política de países ricos.
  • Keynes no expuso sus ideas tan clara y sistemáticamente como sería deseable. Se encuentran ambigüedades en sus obras. Por ejemplo, a veces Keynes habla como si lo que desea es avanzar hacia el socialismo. En otras ocasiones, se expresa contrario a esa visión y busca demostrar las ventajas que sus propuestas tienen para el capitalismo. En consecuencia, hay diferentes percepciones de lo que se podría llamar keynesianismo. Galbraith resume este problema diciendo que se llega al keynesianismo desde el conservadurismo y se termina siendo acusado de ser comunista. Algo así como lo que está pasando con China, son claramente comunistas pero están construyendo el mayor sistema financiero del mundo (al menos en volumen).
En resumen, Keynes es todo un plato fuerte para aquella rama de las matemáticas encargada del estudio de la Teoría del Caos por varios motivos: se persigue un equilibrio que no se consigue y sobretodo, las decisiones individuales de los agentes no están ponderadas y no son del todo racionales, dejándose llevar por afanes varios. Una visión muy certera de la sociedad pasada, presente y futura.

Para contentar a todos en un futuro escribiré algo sobre Hayek, su rival intelectual. Mientras tanto un duelo de gallos (rap) entre ambos:



Gracias por leerme.


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