Los peores presagios se están haciendo realidad. La gran estafa piramidal de las participaciones preferentes, ha saltado a la palestra. El fenómeno ha dejado a miles de personas con sus ahorros retenidos en su entidad de confianza, con negativas y sin perspectivas de poder recuperarlo (al menos en su totalidad). Para empezar, voy a explicar en qué consiste este invento.
Las participaciones preferentes son un vehículo de inversión, caracterizado por que el adquiriente forma parte del capital de la entidad. Las principales emisoras de éstas son las cajas de ahorros, ya que, al no ser sociedades anónimas, necesitaban aumentar sus ratios de capital mediante la incorporación de nuevos socios (cuota-partícipes). El apellido de preferentes es por darle un poco de exclusividad, pero realmente se la ofrecían a todo aquel que tenía cuatro duros. Los bancos lo copiaron a la vid del éxito cosechado por las cajas, aunque en mucha menor cuantía.
Las características de estos productos son muy particulares, lo que hace un poco sospechoso que se hayan convertido en la favorita del público, en cuanto a inversión durante los últimos años. Esto nos lleva a pensar que es más que probable que se hayan producido muchas corruptelas a la hora de la comercialización, venta y presentación de las participaciones ante los clientes; ya que la mayoría afirma que se le vendió como un depósito. Lo cierto es que se trata de justo lo contrario:
- En primer lugar, no se trata de un depósito ya que no están cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos. Esto aparece en el contrato, (muchos no lo leyeron siquiera), por lo que el que quiera entender, que entienda.
- No tienen vencimiento, es decir, son a perpetuidad. Tampoco se extinguen con la defunción del comprador. Tan solo lo harían con la extinción de la entidad (lo que le dejaría con las migajas de la misma). Algunas se reservaba el derecho a comprarlas al quinto año (lo que al final no ha ocurrido ni ocurrirá).
- Su rentabilidad dependerá de los beneficios de la entidad. El cupón (rentabilidad anual 5%-7%- o lo que sea), se cobra si los resultados lo permiten. Al tener que aumentar las provisiones durante estos últimos años, su rentabilidad se ha visto menguada.
- La otra forma de deshacerse de estas es mediante la colocación en un mercado secundario, controlado de manera opaca por la entidad. Aquí es donde está el quid de la cuestión. En esto me detengo más adelante.
Las cantidades emitidas por el conjunto de entidades no están definidas. Las mejores predicciones hablan de más de 26.000 millones de euros. Ahorro que en la actualidad se encuentra retenido, sin posibilidad de poder disponer de él. Pero voy más allá. ¿Por qué han llegado tan lejos estos productos? La respuesta es fácil. Tan solo recurrir a ciertos llamamientos, que en estos años tanto éxito han tenido (avaricia, status, todos ganamos,…).
Me explico. En un principio, cuando se movían grandes cantidades de dinero a nivel local (recalificaciones, compraventa de suelo, promotores como adalid del i+d,…), las cajas concentraron el riesgo en multimillonarios préstamos para la promoción inmobiliaria. Para asegurarse más o menos un retorno, acordaban con el promotor, al que le acababan de dar tropocientos millones, que cuando colocara las viviendas, entrara a formar parte de la entidad por la puerta grande: adquiriendo participaciones preferentes de la entidad. De ese modo se convertiría en socio, y podía asegurar posibles futuras inversiones. Vamos, yo te rasco la espalda y luego me la rascas tú. Poco después, viendo el éxito generado, empezaron a ofrecérselas a todos aquellos que simplemente vendían (terrenos, viviendas,…), recogiendo las plusvalías de dichas ventas. El gancho era que el promotor tal tenía un pico allí y que uno podía llegar a ser como el nuevo triunfador del pueblo. Imagínense la escena:
Manolo, soy el directoh de Caha té, cusha, tengo argo pa ti que te va a interesar. Zon participaciones preferentes, zon como un depózito pero te doy un osho por siento. Tu onde crees que tié el Antonio metío los dineros de los shanlés ca vendío. Esto se lo ofresco a él y a mu pocos. Ya zabes, macordao de ti. Pa que despué digah que no tengo detashes contigo. Cuando vendah la haza aquella, ven a vehme.
A continuación, y viendo que las nuevas normativas de Basilea III iban a contemplar esas participaciones como Tier 1 (capital del bueno), empezaron a ofrecérsela todo quisqui. Pero aquí hay una cuestión muy importante. Al tratarse de un producto financiero de riesgo y características especiales, es necesario, según la normativa europea MiFid, la elaboración de un test de idoneidad al comprador. En él, se le pregunta por sus conocimientos financieros, y dependiendo de la puntuación que saque, podrá ser apto o no. Este documento está además firmado por el cliente (las posibilidades de reclamación se pierden aquí). Ni que decir tiene que, ni éste ni el contrato de las preferentes eran leídos ni entendidos por la mayoría de los firmantes, como se ha podido comprobar.
Por otro lado, el gancho clave era que cuando necesitaran el dinero, podían colocarlo en el mercado secundario, es decir, esperar a que otro las comprara. En la mente de los compradores no había ningún problema: se trata de un producto estrella, en cuanto lo ponga a la venta, me lo quitan de las manos. Pues va a ser que no. Tan solo piensen en esto: si efectivamente hubiera un mercado secundario ¿Por qué no han ofrecido las participaciones de la gente que se quería salir con un descuento, pongamos del 30%? ¿Por qué siempre compraba uno las emisiones nuevas? ¿Por qué no han dado la posibilidad de comprar con descuento, o simplemente, de negociar con los salientes?
Al aumentar de una manera bestial la colocación, muchos no podían vender, ya que solo se ofrecían las últimas; dejando al antiguo suscriptor sin su venta y la tan querida preferencia. Como también ha crecido mucho el número de vendedores, las poquitas órdenes de compra se hacen con descuento (40%-50% sobre el precio inicial), lo que lleva a una pérdida importante del ahorro.
Pero lo que ha ocurrido en esto últimos días, es que la música ha parado de sonar. Ha desaparecido el secundario, los cupones no se cobran debido a las provisiones para limpiar balance, la gente necesita el dinero, y éste no parece que esté. Las soluciones que han planteado las entidades van, desde pedir un préstamo con la garantía de las participaciones, convertirlas en acciones, o cambiarlas por obligaciones a largo plazo con importantes descuentos. El caso es que una gran cantidad de clientes están viendo como sus ahorros son retenidos, y no parece que vayan a recibirlos en breve. Aquí pueden escuchar algunos testimonios. Juzguen ustedes mismos (a partir del min 11.45):
Finalmente he de dar las gracias a Jorge por animarme a escribir sobre esto. Definitivamente el tema ha cogido la madurez oportuna. A partir de ahora se va a oir menos cosas como: su amigo el del banco, yo es que soy preferente, soy un entendío en cosas de dineroh, me lo quitan de lah manoh,… Solo confíen en sí mismo a la hora de tomar decisiones financieras, junto a esto, apliquen la lógica en la negociación. Si tienen conflictos, acudan a alguien que les pueda ayudar a dirimir todas las opciones. Por último, si me permiten un colofón, aporto mi frase: si creen que el talento es caro, esperen a ver la ignorancia.
Gracias por leerme.