Después de la increíble cantidad de dinero inyectada en el sistema, empiezan a verse síntomas de mejora relativas dentro de las economía más desarrolladas. La mayoría de los indicadores detienen su caída (bolsas, beneficios empresariales,…), pero comienza a deteriorarse otros parámetros de forma significativa.
La política Keynesiana y de estabilizadores automáticos por la cual se implementan incentivos públicos y ayudas a los sectores más desfavorecidos en ese momento, trae como consecuencia el incremento del gasto público en los siguientes ejercicios produciendo un ascenso hasta niveles nunca vistos del déficit corriente. El debate se traslada del riesgo moral por el salvamento del sector financiero al riesgo de quiebra por parte de administraciones y estados soberanos.
La primera señal de alarma fue en Islandia:
Las características de este país lo convierten en un caso curioso: tipos de interés al 14%, población de algo más de 320.000 habitantes, sistema financiero con 10 veces más deuda que PIB nacional, gran atractivo para capitales extranjeros,… La imposibilidad de restituir los compromisos de pago forzó al gobierno a declararse en suspensión de pagos.
A continuación, el riesgo comienza a expandirse por aquellas economías con problemas estructurales; los llamados PIGS (Portugal, Ireland, Grecia, Spain), con el aviso a navegantes del Emirato de Dubai. No solo se traslada el riesgo por Europa sino que algunos estados de USA comienzan a tener problemas en los mercados internacionales:
Entonces llega el que para muchos es el punto de inflexión en las políticas económicas de los estados miembros de la UE. La reunión del Ecofin (Ministros Europeos de Finazas) del 9 de Mayo de 2010. La rueda de prensa prevista tras los ataques de los mercados internacionales a las economías más débiles de la zona euro se prolonga hasta las 2 de la madrugada con las siguientes conclusiones por parte de los estados miembros:
- El Fondo Monetario Internacional y la UE (Francia y Alemania) están de acuerdo en prestar más dinero a los países de elevado déficit, siempre que tomen medidas estructurales de peso (reducción salarios funcionarios, eliminación de subvenciones improductivas, recorte significativo del gasto, elevación de la edad de jubilación,…).
- Los presupuestos nacionales deben de contar con la revisión y el beneplácito de la Comisión Europea, de manera que pueda calmar a los mercados.
- El déficit publico se irá reduciendo hasta dejarlo por debajo del 3% en 2012 para posteriormente y amortizando en la medida que sea posible.
Y en eso estamos actualmente, en plena fase fiscal de la crisis (sin todavía haber resuelto la fase financiera en España). Antiguamente en Grecia se llevaban las negociaciones de otra manera: