De un tiempo a esta parte, se habla mucho en los corrillos económicos de la creación de un banco malo, que aglutine todos aquellos activos tóxicos, propiedades invendibles, y pérdidas varias del sector financiero. Lógicamente, pagado por las aportaciones de todos los contribuyentes, es decir, socializando de pérdidas.
Es cierto que esto ya se puso en marcha en crisis anteriores en algunos países (Suecia es el caso más conocido), pero en cualquier caso, la medida no deja de ser polémica. La clave del asunto, es la valoración que se hace de esos activos. Si se valoran al precio que aparece en los libros contables de las entidades, éstas salen beneficiadas en contra de la población que “paga la fiesta”; por el contrario si se valoran mark to market (a precio de mercado), las entidades necesitarían nuevas recapitalizaciones.
Lo que se pretende con esto del banco malo, es sanear el sistema financiero, con la idea de que vuelva a fluir el crédito; y es aquí donde está el error. El crédito no va volver en mucho tiempo. Los que lo sabemos nos causa mucha sorpresa que nuestros dirigentes no se den cuenta de esto. Y no va a volver por varias razones:
- Las empresas españolas son las segundas mas endeudadas del mundo con respecto a su PIB. Los mercados internacionales no se fían de aquellos que han llegado a su límite de endeudamiento. Simplemente durante diez años se ha vivido a base de deuda, y ahora durante los diez siguientes toca pagarlas. ¿O se nos había olvidado que las deudas hay que pagarlas?
- En cuanto a los particulares, los podemos agrupar mayoritariamente en tres grupos:
o Los que dada su edad y patrimonio no necesitan contraer ninguna deuda. Tramos de mayor edad de la población que han dejado o están apunto de dejar de trabajar. Los plazos de los posibles préstamos que suscriban son menguantes dada su avanzada edad.
o Clases intermedias, generalmente trabajadores, cuya inmensa mayoría ya se encuentra hipotecada. Con la incertidumbre laboral que hay (despidos, recortes de salarios funcionarios,…), hacen que pierdan capacidad de endeudamiento.
o Los cinco millones de parados (muchos de ellos con deudas), jóvenes con tasas de paro superiores al 50%, gente sin futuro, emigrantes a corto plazo, profesionales que enganchan trabajos temporales uno tras otro,… Ese sería el grupo credit worthy. Pero ni están ni se les esperan para estos menesteres.
o Las más de 700.000 familias que van a ver embargadas sus viviendas, quedándole en la mayoría de los casos, una deuda pendiente, y que no volverán a las listas de viables (crediticiamente hablando) en mucho tiempo (por lo menos hasta que no paguen lo que deben). Incluso con la dación en pago pasaría esto.
- La endeudabilidad del estado ha dicho basta. Las últimas emisiones y el diferencial con el bono alemán (la ya conocidísima prima de riesgo) se han disparado a niveles de intervención del país.
Si ahora pasamos a crear un banco malo, se necesitarían más de cien mil millones de euros. Lo que ocurre es que, no nos lo van a prestar desde fuera. No podríamos pagarlo. Además supondría una provocación a un pueblo ya de por si, muy enfadado. Lo curioso es que contaríamos con un aliado inesperado:
Los grandes bancos españoles, que mejor están soportando el temporal (gracias a sus negocios de ultramar que van muy bien), ven que sus sacrificios no son recompensados, al contrario, que las chapuzas de todos aquellos que ahora solicitan el banco malo son tapadas. Lo cierto es que esto beneficia a los más débiles y a los más inútiles (cajas de ahorro en su mayoría). Lo que hace falta es limpiar a fondo (no con socialización de pérdidas), sino cerrando todo lo que se pueda cerrar. No van a hacer falta más sucursales, ni más vendedores de hipotecas, ni de activos tóxicos,… Las oficinas bancarias son meros cobradores de préstamos. Se ha perdido su razón de ser.
Lo que además hay que limpiar son las cúpulas de las entidades intervenidas. Tenemos una recién salida del horno:
El Banco de España interviene definitivamente el Banco de Valencia. Este banco, presenta estas cuentas y el siguiente grupo de inversores:
El 39,12 % es del Banco Financiero y de Negocios, filial de Bankia, a la que pertenece Bancaja que ostentaba esta participación; los otros porcentajes, tienen unos dueños con apellidos muy conocidos. El resto cotiza en bolsa. Por si no lo sabían, su presidente fue President de la Generalitat Valenciana, seguro que ahora lo entienden todo.
“El presidente de Bancaja, José Luis Olivas, ha presentado hoy su dimisión como vicepresidente ejecutivo de Bankia y vicepresidente de la matriz del grupo, el Banco Financiero y de Ahorros (BFA)”.
“Olivas presidía hasta hace unos días el Banco de Valencia, una participada del BFA que hoy ha sido intervenida por el Banco de España tras detectarse un agujero que podría ascender a unos 1.000 millones de euros, que serán aportados por el Fondo de Reestructuración Bancaria Ordenada (FROB)”.
“Olivas es ex presidente de la Generalitat Valenciana por el PP y exvicepresidente y consejero de Economía y Hacienda bajo el mandato de Eduardo Zaplana en dicha Comunidad”.
“Olivas mantendría con Bancaja un puesto casi honorífico, puesto que todo el negocio financiero y empresarial está traspasado a Banco Financiero y de Ahorros (BFA) y Bankia, pero muy lucido gracias a la obra social y con prebendas como despacho, coche oficial y dietas. Al expolítico, de 59 años, le quedan cuatro para cumplir el máximo de 12 en el consejo de Bancaja, aunque el PP ha planteado una modificación de la ley valenciana de cajas de ahorros para eliminar ese tope”.
Es la cuarta entidad intervenida tras CCM, Cajasur, y la CAM, todas ellas “apestadas” de políticos inútiles. Todas ellas con súper despidos e indemnizaciones millonarias que pagamos entre todos. No hace falta un banco malo, tenemos ya muchos; tan solo necesitamos bancos de madera, para que todos estos irresponsables pasen el resto de su vida entre cartones, con todos sus bienes embargados. Como por otro lado, ocurría en el capitalismo de toda la vida, y que siempre han defendido los auténticos liberales.
Gracias por leerme.