Los acontecimientos que vivimos, en una economía cada vez más dinámica, hace que ocurran fenómenos de especial singularidad, que aunque siempre han estado ahí, despierta lo más oscuro de uno mismo, perjudicando en ocasiones a miles de personas.
Es el caso de los esquemas de Ponzi o las estafas piramidales. Carlo Ponzi era un inmigrante Italiano, que en la década de los 20 estableció un mecanismo de inversión, basado en las diferencias de costes de los cupones de respuesta internacional de correos. Esta diferencia de precios hizo que se abriera un mercado en el que se podía obtener importantes beneficios. En USA, Carlo organizó un sistema de captación de ahorro de los particulares, que a la vista de las importantes retribuciones que reportaban sus aportaciones, llegó a alcanzar la cifra de $20 millones en pocos meses.
Cuando solo llevaba unos meses operando, la compañía fue intervenida por los federales, obligándole a devolver las aportaciones a los inversores. La sorpresa fue mayúscula, al descubrir que para aumentar de manera importante el numero de participantes, tuvo que hacer reintegros muy superiores (ofreciendo rentabilidades de hasta el 50% a 45 días), descapitalizando la empresa. Muchas personas perdieron todo lo que tenía ya que incluso habían hipotecados sus viviendas con tal de conseguir esas suculentas ganancias.
El caso aquí presentado supone uno de los debates más importantes en Economía en estos momentos, ya que los esquemas de Ponzi, han saltado a la luz pública de un tiempo a esta parte. El más famoso de todos era el caso Madoff, que destapó un agujero de casi $50.000 millones. Bernard Madoff fue director del NASDAQ (mercado de valores tecnológico de New York), lo que le dio reputación de ser uno de esos hombres con “información inversora privilegiada”. Las rentabilidades eran del 10% y el 15% y se pagaban rigurosamente. Nada hacía sospechar que hubiera ningún tipo de fraude, ya que muchas inversiones daban rentabilidades altas (estamos hablando de los años 2004-2007). Pero cuando la economía internacional se dio la vuelta, los rendimientos no solo no bajaron, sino que aumentaron por lo que el regulador decidió ver que pasaba.
Lo que ocurrió fue que durante los últimos meses se estaban pagando los rendimientos con las aportaciones de los nuevos, creando una estafa piramidal. Algo parecido a lo que ha ocurrido en nuestro país con los sellos, con la salvedad de que en este caso son bienes tangibles.
Las características de un esquema piramidal de Ponzi son los siguientes:
- Importantes beneficios a corto plazo, con rendimientos muy superiores a los de mercado,
- Existencia de una serie de barreras de entrada ficticias: “exclusividad”, “si se sale no se puede volver a entrar”, “solo es para gente inteligente”.
- Unos precios de catálogo manipulados, o bien, unos precios e información no clara.
- Ausencia de un regulador o mercado secundario en el que poder interactuar.
- Unos inversores para nada discretos, que hagan una campaña de marketing que atraiga nuevos clientes: llamamiento a la avaricia interior de la gente y efecto envidia.
De esta manera hace que el volumen crezca al ritmo necesario para pagar las generosas retribuciones. La pregunta que me gustaría plantear a la cada vez más numerosa audiencia es, si conocen algún mercado en el que se den actualmente muchas de las características arriba citadas, para hacer autorreflexión, de si nuestra debilidad nos permitiría caer en la trampa.
Gracias por leerme.
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