viernes, 11 de mayo de 2012

ECHEMOS UN RATO (Parte I)


Vaya semanita que hemos tenido. Tras diversos toques de orejas sobre mi ausencia en estos medios, no he encontrado el momento de ponerme a la tarea de organizar los acontecimientos, que de una manera vertiginosa, se han venido produciendo durante los últimos días. Lo cierto es que cuando intentaba escribir algo, me veía sorprendido por nuevas informaciones, y lo que escribía dejaba de gozar de actualidad. Así que me dije: espera al viernes y recopila un poco. Y ya me arranco, ya.

Entre recorte y recorte nos encontramos que la cabeza del presidente de Bankia, Rodrigo Rato, cae desde una de las torres Kio, impactando en plena plaza de Castilla, al más puro estilo maricón el último (perdónenme la expresión). El motivo, la consultora Deloitte se niega a firmar el informe de auditoría, ya que alega que ha encontrado un desfase de 3.500 millones de euros. Vamos, que si le dicen donde están que lo firma, si no pues que hay lío. Como al final es que el fallo está en que se han inflado ciertos activos del balance (¡que novedad!), pues se abstiene. En ese momento se pone en marcha la operación sálvese quien pueda.


La incompetencia de este señor es de sobra conocida tras su breve paso por el FMI, pero hay que reconocerle que en dos años que lleva en la entidad, se puede arreglar poco. Sobretodo, si el atajo de politicuchos inútiles continúa en el núcleo duro del consejo de administración, y él no solo no hace nada por echarlos, sino que los atrae. Y si no lean el siguiente artículo con la lista de enchufados:


Las malas lenguas dicen que como su retribución este año no iba a ser millonaria (2,1 millones oficial el año pasado), al verse limitada por ley a 600.000 €, por la ayuda entregada el año pasado de 4.485 millones de euros, ha decidido como las ratos, abandonar el barco. En su lugar a puesto a un especialista en el sector financiero, que ya estaba jubilado, y cuyo apellido solo es capaz de pronunciar sin errores Ana Blanco del telediario de la 1.

Hasta aquí nada nuevo. Pero como siempre quiero señalar los puntos que han hecho de esta entidad, el engendro más pintoresco del sistema financiero español.

Si recuerdan mi artículo del verano pasado (un rato terrorífico), en el que alertaba de la castaña que iba a ser Bankia (espero haber salvado a algunos de ser Bankero), descubrirán que ya se sabía que Bankia estaba cargadita de pufos. Incluso en la información depositada en la CNMV para su salida a bolsa, se nos alerta de que la cosa no era un chollo.


En la página 125 y siguientes aparecen todas las sociedades en las que Bankia tiene participación. Más del 50 % son del ámbito inmobiliario. Si todavía no lo han pillado esperen a ver los préstamos más significativos que han dado estos lumbreras.

CajaMadrid otorgó un préstamo de 1.000 millones de euros a Martinsa para la compra de Fadesa, que poco después protagonizó la mayor suspensión de pagos de la historia en España. Además Bancaja también participaba con otros 450 millones por lo que al unirse en Bankia la cifra queda más jugosa.


La opacidad informativa me impide asegurar una cifra, pero otro gran agujero proviene del préstamo otorgado a Florentino Pérez para su toma de posiciones en Iberdrola. En resumen, una serie de bancos (con Bankia a la cabeza) le prestó a Floren 8.500 millones de euros para esta compra, que fue realizada en uno de los momentos más altos de la cotización del valor- 9,5 € la acción, en el 2007. Teniendo en cuenta que la cotización de hoy ha cerrado a 3,5 € (5.000 millones esfumados), se puede deducir que el presidente del Real Madrid valdrá para el fútbol, pero lo que es para la bolsa como que no.


De esos 5.000 millones no sabemos cuantos son de Bankia pero todo apunta que encabeza la lista. Con un pasivo de 11.500 millones de euros y unos fondos propios de 2.500 millones, hacen de ACS, candidato para exteriores de la tercera temporada de The Walking Dead. Mientras tanto, a Floren lo ponen como ejemplo de endeudamiento con metedura integral de pata típical spanish, en el The New York Times.


Son estos los detalles que hacían presagiar, que el proyecto de Bankia era lo más parecido a Frankenstein en versión financiera. La unión de varias entidades muertas, no hace un ser vivo. Y si lo hace, en realidad es un Zombie. Algo me decía en el mes de julio del año pasado, que esto de ser bankero no era buena idea. Aún recuerdo las fotos de Rodrigo Rato en la salida a bolsa lo contento que estaba. Aunque algo no cuadraba. ¿Ustedes que creen?




Gracias por leerme.

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