El final del invierno de 2008 no presagiaba nada bueno. El quinto banco de inversión de Wall Street había sucumbido ante la desconfianza, la FED volvía a rebajar los tipos de forma agresiva y los profit warnings de los bancos se sucederían en la primavera.
Entonces llegó el verano y los últimos meses de George W. Bush en la Casablanca marcado por el salvamento in extremis de los principales Agentes Hipotecarios Norteamericanos: Freddy Mac y Fannie Mae. Estas dos entidades habían sido creadas en la década de los 70 para crear un mercado secundario por el que comerciar activos hipotecarios, dotándolo de liquidez. Finalmente, tras una inyección en primavera se llegó a la solución más dolorosa para la mentalidad (free market) y el bolsillo norteamericano ($60.000 millones): Nacionalizarlas. Pero eso no era nada comparado con lo que se avecinaba a finales del verano.
El 15 de septiembre se produce la quiebra del centenario banco de inversión (4º en activos) Lehman Brothers en lo que se llamó el nuevo Black Monday. Las acciones se desplomaron un 90% y el pánico arrastró a todo el sistema financiero. Caídas de más de dos dígitos de los principales bancos mundiales. El anuncio precipitado de la compra de Merrill Lynch por Bank of America (salvándose por los pelos). La noticia daba la vuelta al mundo causando un shock internacional (solo los dos tipos tras el reportero parecen tomárselo a broma).
Ver video.http://www.youtube.com/watch?v=txDWRR5WRFQ
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Con los mercados desplomándose, el presidente saliente americano y el entrante, actúan en la mayor operación de rescate financiero de la historia. Cientos de miles de millones de dólares para sostener un sistema que hacía aguas por todos los lados. El caso Madoff, los Treasures norteamericanos en negativo, bancos cayendo como fichas de dominó,… Todavía me acuerdo del gigantesco secretario del Tesoro Henry Paulson sudando a mares dando explicaciones y contando los días que le quedaban en el cargo para irse a descansar.
La reunión del G20 (a la que España fue invitada) partía con un orden del día insólito para lo que nos tenían acostumbrados. Nada más y nada menos que la reforma del capitalismo. Sobre la mesa se plantearon cuestiones como la desaparición de los paraísos fiscales, penalización de medidas proteccionistas, devaluaciones competitivas, tasas bancarias, liquidez ilimitada por parte de los Bancos Centrales,… Por un momento parecía como si fueran a llevar a cabo dichas medidas, pero tras los años hemos descubierto que no ha sido así.
La solución a todo esto fue más dinero de los contribuyentes al sistema financiero. Como decía Groucho Marx: Más maderaaaaa. Dinero que hace que los déficit públicos se disparen en todos los países, comenzando la nueva fase de la crisis que comentaremos más adelante.
En Junio de 2009, el Banco Central Europeo insufla en la economía de la zona Euro la cantidad más grande de todos los tiempos al 1% con la finalidad de cortar de raíz cualquier miedo de quiebra bancaria: €442.000.000.000,00. Que por dinero que no sea.
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